Pastel de chocolate casero

Hoy os presentamos cómo hacer un pastel de chocolate casero muy fácil, ideal para cumpleaños o para darse un capricho chocolateado un día de fiesta. La receta admite 1000 variantes, sobre todo en el baño y los “toppings”. Puedes añadirle una capa de frutos rojos o mermelada para dar un sabor con más contraste. En este caso le daremos un baño de su propia masa, chocolate blanco y nueces.
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Ingredientes
- 200 g mantequilla
- 220 g harina
- 4 huevos
- 150 g azúcar
- 1750 ml leche entera
- 1 sobre levadura química
Preparación receta pastel de chocolate
- Separar las claras y las yemas de los huevos. Disponer las claras en un bol y reservar las yemas.
- Batir las claras a punto de nieve y guardarlas.
- En un recipiente batir las yemas junto con el azúcar hasta que la mezcla se blanquee y se expanda.
- Añadir a esta mezcla la mantequilla (a temperatura ambiente) y la leche, batir toda la mezcla.
- Espolvoreamos sobre la masa anterior la harina, el cacao. Batimos y separamos cuando esté bien mezclado separamos una décima parte (que usaremos para la cobertura). En el resto de la masa añadimos la levadura, con ayuda de un tamizador y removemos bien.
- Añadimos las claras a punto de nieve a esta mezcla y batimos con movimientos envolventes.
- Precalentamos el horno a 180º. Disponemos la masa en un molde redondo y horneamos durante 40 minutos.
- Para asegurarnos de que está cocinado podemos pincharlo con un cuchillo y si éste sale seco es que está esponjosos. También puede retirarse un poco antes para que la masa quede más cruda y con una textura más compacta, más similar a un brownie de chocolate. Desmoldamos y pasamos a un plato.
Preparación de la cobertura de chocolate
Vertemos la masa que habíamos separado en el punto 5 y con ayuda de una lengua de silicona o una cuchara sopera distribuimos uniformemente por toda la tarta.
Con un rallador o un cuchillo rayamos algo de chocolate blanco y machacamos unas almendras. Los repartimos por toda la superficie y metemos todo a la nevera durante una hora.
Sacamos de la nevera, cortamos y ¡a disfrutar!