Usos del aceite de oliva en la cocina

El aceite de oliva es un ingrediente omnipresente en nuestra gastronomía por lo que conocer los usos del aceite de oliva en la cocina es clave para sacarle todo su partido.
Son muchos los puntos a favor que se le han dado a este tipo de aceite por encima del aceite de semillas, como más nutrientes beneficiosos, sabor e incluso estabilidad en la fritura. Aunque no todos los aceites son iguales, como cualquier ingrediente hay que saberlo conservar y utilizar en la cocina.
Aceite de oliva en crudo
Se puede utilizar en ensaladas, tostadas y salsas, en todos los casos es mejor utilizar aceites con ácidos equilibrados, ya que, además de tener altos valores de componentes como polifenoles o vitamina E, añaden sabor y aromas a los alimentos.
Los aceites de oliva más delicados, suaves en aroma, sabor y poco picantes son ideales para las ensaladas, cremas y verduras o pescados blancos hervidos.
Los aceites más fuertes, fragantes, afrutados y puede que amargos son más indicados para fritos, sofritos y estofados; los aceites medio afrutados son muy indicados para escabeches o alimentos en salsa verde.
Aceite de oliva para fritura
Se suele diferenciar en 2 tipos: superficial y profunda. La primera para aquellos platos en los que el aceite no cubre el alimento, como sofritos, y la segunda para los que si cubre.
Los dos aceites más utilizados son el aceite de oliva y el aceite de girasol, el primero es más estable y modifica menos la composición del aceite. Las propiedades del aceite virgen se pierden en una gran mayoría por lo que no es recomendable utilizarlo para este fin.
El aceite no debe reutilizarse un número muy alto de veces y siempre con el mismo tipo de alimento, evitando la modificación del aceite. Utilizar el aceite cinco veces sería un número aceptable para repetir el uso de un aceite, guardándolo siempre en recipientes opacos y filtrando los posos.
Cómo conservar el aceite de oliva
Los aceites y cualquier grasa se oxidan con facilidad, proceso que sucede al contacto con el oxígeno. Por este motivo es aconsejable llenar la botella para reducir el contacto con el aire. También es recomendable mantenerlo en lugares secos, sin altas temperaturas y alejados de la luz, factores que aceleran el proceso de oxidación.