Mitos sobre el aceite de oliva

Los mitos sobre el aceite de oliva son tan numerosos como lo son sus propiedades saludables para nuestra salud. Vamos a descubrir y poner fin a algunos de ellos.
1. Si el color es más intenso, la calidad es mayor
Falso. El color del aceite varía según el tipo de oliva empleada para su elaboración y de su grado de maduración en el momento de la extracción del aceite.

2. Cuanta menos acidez tiene, mejor es su sabor
Falso. La acidez es un porcentaje que muestra la cantidad de ácidos grasos libres contenidos en el aceite y sirve para diferenciarlos según su calidad (aceite de oliva virgen, virgen extra o lampante), por lo que no es un parámetro relacionado con el sabor y no implica que este sea más o menos ácido.
3. Cuanto más añejo, mayor calidad
Falso. El aceite de oliva no mejora con el paso del tiempo como el vino, al contrario, se oxida con el tiempo y va perdiendo sus propiedades. Es mejor consumir el aceite más fresco.
4. El aceite de oliva es caro
Falso. Es cierto que este producto tiene un precio más elevado que otros de su misma gama, pero se trata de un producto de alta calidad, cuya elaboración es muy costosa y cuya cantidad de beneficios es muy elevada para nuestra salud, por lo que en términos relación calidad-precio no resulta un producto caro.
5. El aceite de oliva engorda
Falso. El aceite de oliva no engorda más que otras grasas vegetales o animales, aporta la misma cantidad de energía que estas (9 kcal/g) y además es rico en ácido oleico, que aumenta el colesterol bueno (HDL) y limita los niveles de colesterol malo (LDL), por lo que evita que se acumule el colesterol en las paredes arteriales.